No sería la primera vez que el Principado de Asturias, tras recuperar un oso herido y justificar su muerte por causas naturales, destruye de manera inmediata el cadáver, eliminando cualquier posibilidad de que se realicen nuevos peritajes.
La aparición de osos heridos o muertos, conlleva desde hace años una polémica entre administraciones y organizaciones de conservación de la naturaleza en España, ya que de manera inmediata, las administraciones anuncian causas naturales, peleas, despeñamientos, etc, tratando de cerrar así cualquier otra responsabilidad.
El caso más llamativo, ha sido el del oso Cachou, que apareció muerto en las montañas pirenaicas e inmediatamente la administración justificó que el animal había muerto por causas naturales. Solamente la acción de las ONGs de conservación recurrieron tal circunstancia, lo que permitió abrir una investigación que determinó la muerte del oso por envenenamiento.
Hoy día, están pendientes de juicio dos presuntos asesinos del oso, un Consejero de Medio Ambiente y un funcionario encargado de la vigilancia del oso. Las investigaciones policiales apuntan a que ambas personas son presuntamente las autoras directas de poner veneno para matar el oso.
El Gobierno Regional de Asturias, mantiene la iniciativa de calificar las muertes de los osos por cuestiones naturales, obviando otras circunstancias que deben de ser investigadas judicialmente. Es el caso del intenso furtivismo existente en Asturias y específicamente en el caso del oso rescatado en el pueblo somedano de Aguino, el hecho de que el propio Principado lleva a cabo un proyecto de captura de osos.
Un proyecto que se lleva a cabo utilizando un modelo de trampa que es cuestionado por su peligrosidad. Las trampas Culvert, están dotadas de una pesada guillotina que en caso de fallo puede generar importantes lesiones a los osos que tratan de capturar. Esta circunstancia ya ha sucedido en Castilla y León donde un ejemplar capturado en las montañas palentinas sufrió graves heridas al ser alcanzado por la guillotina de este modelo de trampa, similar a la que se está utilizando en Asturias.
FAPAS exige al Principado a través de la Fiscalía mayor trasparencia en este proyecto de captura de osos, ya que solicita se confirme si este oso herido en Somiedo formó parte del proyecto de captura. El Gobierno Regional de Asturias mantiene el proyecto de captura de osos en una situación de ocultismo y por tanto ausencia total de trasparencia de las actividades que llevan a cabo, incluso de la propia finalidad. Se carece de información de cuantos osos hay capturados y marcados, de posibles incidencias de captura y mucho menos de los resultados del seguimiento.
Públicamente se está justificando el proyecto de captura como una iniciativa para evitar daños o alejar a los osos de los núcleos habitados, lo que no es cierto, el proyecto de captura solamente permite colocar un collar de seguimiento y en modo alguno eso repercute sobre los supuestos objetivos planteados por el Gobierno Regional, ya que los osos son liberados en los mismos lugares de captura.
En el ámbito científico es sobradamente conocido que este proyecto de radio marcaje de osos terminará en un estudio científico y en una publicación que solamente beneficiará a sus autores.
NUEVO OSO MUERTO EN UNA TRAMPA DE FURTIVOS
Se acaba de conocer que hace unos 15 días, el Gobierno Regional de Asturias ha recogido otro oso muerto caído en una trampa en el Concejo de Belmonte de Miranda.
Con este, serían tres los osos recogidos en este mes de Agosto.
Un ejemplar en Villar de Cendias en el Concejo de Ibias.
Otro ejemplar herido en el pueblo de Aguino
Y ahora el nuevo oso muerto también caido en una trampa de cable de acero en el Concejo de Belmonte de Miranda.
Los dos osos muertos, parece que el Gobierno de Asturias ha tratado de ocultarlo. Y en el caso de Somiedo, ya apuntaron a cusas naturales, aunque ahora parece que está pendiente de nuevas revisiones, aunque ya apuntan también a la grave situación y la necesidad de eutanasiar al oso.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO CON EL OSO EN ASTURIAS?
La opinión de FAPAS es que nos estamos enfrentando al resultado de desmontar las estructuras de gestión del medio ambiente en la región de España con mayores valores biológicos. El caos es de tal calibre en la gestión ambiental que el furtivismo campa a sus anchas sin que nadie sea capaz de evitarlo.