La tendencia de la población osera a dispersarse cada año por una mayor extensión de territorio, en especial los jóvenes machos, sabíamos que nos metería de lleno en una intensa actividad para acudir en ayuda de los apicultores que ven peligrar sus colmenas.
Hemos procedido a la revisión de numerosos colmenares y en todos ellos vemos de manera regular la deficiente estructura de protección llevada a cabo por los apicultores que aplican medidas que aun habiendo sido planteadas bajo criterios técnicos por especialistas en la conservación del oso, e la práctica no son eficaces para evitar los daños.
El sistema de protección más habitualmente utilizado es la colocación de hilos eléctricos entorno al colmenar. Durante todo el mes de Junio hemos comprobado que este sistema de protección es muy poco útil y que los osos son capaces de entrar en el interior con gran facilidad.
Junio: intensa actividad de protección
Nos hemos tenido que centrar en las áreas donde este año se han intensificado los daños de osos en zonas donde hasta ahora o no había presencia de osos o era muy escasa.
Este es el mapa de actuaciones de la campaña de protección de colmenares en el área de los Valles de Omaña y Luna y las zonas limítrofes del Bierzo y Cepeda hasta la actualidad.
En rojo, los colmenares cerrados durante este pasado mes de junio.
En verde los cerrados en años anteriores
En azul los pendientes de cerrar en este mes de Julio
Y en marrón colmenar cerrado por su propietario siguiendo las indicaciones de FAPAS
Solamente un colmenar ha sido visitado nuevamente por el oso. La causa, haberse quedado sin protección eléctrica.
Tremendo destrozo en un colmenar perfectamente cerrado.
Lo mismo ha sucedido esta primavera en un colmenar cerrado por FAPAS en Asturias, donde el oso consiguió entrar y dejar el colmenar como podemos ver en la foto. Con gran número de las colmenas destruidas.
Está claro que los colmenares, además de un cierre correcto, necesitan de un mantenimiento y limpieza permanente, en especial del sistema eléctrico. Revisión de pilas, baterías y placas solares, pero en especial, desbroce de todo el terreno dentro y fuera del colmenar para evitar que la vegetación impida un buen funcionamiento de todo el sistema eléctrico. Sin electricidad el colmenar queda a merced del oso.
En Julio, seguiremos protegiendo colmenares.
En este mes, terminaremos con el programa de protección de colmenares que FAPAS está llevando a cabo con el apoyo de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. Con este trabajo creemos que estamos alcanzando el objetivo de llevar a cabo una acción demostrativa importante que pone el enfoque en la necesidad de revisar los protocolos establecidos por las administraciones sobre los sistemas de protección de colmenares, claramente insuficientes para garantizar la protección de la actividad de la apicultura en las zonas de presencia del oso pardo.
Uno de los colmenares protegidos por FAPAS este pasado mes de Junio.
PAGAR DAÑOS O PREVENIR DAÑOS
Todas las Comunidades Autónomas donde habita el oso pardo, Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León, han apostado hasta ahora por establecer únicamente un sistema compensatorio de ayudas una vez que el oso ha destruido las colmenas de los apicultores, una alternativa que estamos comprobando no satisface a los apicultores, los cuales lo que quieren es no tener daños.
La anulación de los daños, o al menos, minimizar estos al máximo, solamente se consigue a través de los trabajos de prevención como el que FAPAS está llevando a cabo con su alternativa de realizar cierres de protección eficaces. Nosotros seguiremos insistiendo en esta línea de trabajo que consideramos más eficaz tanto para la protección de los colmenares como también para la del oso.
"La organización FAPAS cuenta con el apoyo de la Iniciativa Humanidad - Fauna Silvestre".