Las decisiones políticas para solucionar conflictos que genera el oso comienzan a ser preocupantes y de ellas podríamos comenzar a intuir que hay verdaderamente intereses ocultos para generar una tensión social en la que el gran número de osos que ya hay y los muchos conflictos que ya causan obligarían a tomar decisiones sobre nuevas medidas de gestión de la especie. Preocupante hacia donde apuntan esas decisiones.
Mayor preocupación dado que estas decisiones se toman sin haber iniciado ninguna acción para tratar de evitar el conflicto que se achaca al oso.
SOLUCIONAR CONFLICTOS ES FACTIBLE
Pero sabemos que ha sido un arma utilizada para conseguir otros objetivos. Dejar que los conflictos existan y utilizarlos, ha sido la estrategia aplicada para que luego hubiera recursos económicos para la gestión de “los osos conflictivos”.
DAÑOS EN COLMENAS: UNA ASIGNATURA PENDIENTE PARA LAS ADMINISTRACIONES
Los mayores daños que causan los osos están vinculados con la apicultura y parece que definitivamente, la alternativa es financiar daños ante la imposibilidad de evitarlos.
Quizás también esta situación está relacionada con la importante campaña de los programas Life aplicados en la cordillera Cantábrica donde se ha hecho un fuerte hincapié en que la solución a estos daños de osos en los colmenares está vinculada a la instalación de sistemas eléctricos de protección.
Pero que como vemos no son eficaces, no evitan los daños de osos a las colmenas e irritan a los apicultores.
Daños de oso en el Bierzo.
Pese a que estamos en pleno invierno, la actividad osera está presente en la comarca leonesa del Bierzo. Esta semana un apicultor se puso en contacto con FAPAS para comunicarnos que su colmenar está siendo visitado cada noche por el oso, con la destrucción en cada una de esas visitas de una o dos colmenas.
Las colmenas tiradas delatan que el oso ha vuelto a estar en el colmenar la pasada noche. El sistema eléctrico de protección no ha tenido ninguna utilidad para evitar que el oso desista de entrar en el interior y no destroce las colmenas.
Podemos comprobar que el colmenar está protegido contra el oso tal como se ha diseñado y promocionado desde los Programas Lífe de la Unión Europea con un sistema que se ha considerado como de alta eficacia para evitar daños de oso. Podemos comprobar que lamentablemente no es eficaz y no evita que el oso entre dentro del colmenar.
El sistema eléctrico está perfectamente instalado tal como describen los manuales técnicos. Los puntos rojos nos permiten localizar los hilos conductores bien colocados alimentados por un potente pastor eléctrico alimentado por una buena placa solar. El sistema está creando un circuito eléctrico que medimos y comprobamos que tiene una intensidad de 9.000 voltios.
Pero aún así, el colmenar está desprotegido ya que este sistema tiene fallos y no impide la entrada del oso.
En poco más de un par de horas el problema estará solucionado. Nos ponemos manos a la obra y comenzamos a instalar lo que le falta. Un sencillo cierre de alambre por el interior. Un mecanismo que solamente el FAPAS ha descubierto, también por una sencilla razón. Llevamos casi 15 años con colmenas en zonas de presencia continuada de osos.
El ensayo error/acierto, nos ha permitido llegar a un diseño que garantiza que el oso no entra en los colmenares que poseen estos niveles de protección. No hemos copiado sistemas que se utilizan en otros territorios, ni nos hemos dejado asesorar por expertos que tienen colmenas pero desconocen lo que hacen los osos.
Cada vez que cerramos un colmenar, enseñamos al apicultor como hacerlo. De hecho, este protegido ayer, el trabajo lo hicieron los apicultores directamente bajo nuestra orientación.
Una acción que a su vez fue motivada por la colaboración con los apicultores.
En estas charlas FAPAS se comprometa a asesorar y a acompañar directamente sobre el terreno a los apicultores que tienen daños de oso y necesitan instalar o mejorar sus sistemas de protección.
La comarca leonesa de El Bierzo se decanta por ser una de las áreas de expansión del oso más importantes.
Al sur de la cordillera Cantábrica, estas antiguas zonas mineras, forman hoy un paisaje de gran valor ambiental. Zonas de montaña donde la naturaleza se ha comido gran parte de las antiguas fincas de cultivo entorno a los pueblos que salpican sus laderas, hoy como los de la gran mayoría de sierras españolas en franco declive poblacional.
Territorios donde la apicultura, una de las pocas actividades económicas en auge, está presente con gran intensidad. Lo que nos indica que si el oso está cada vez más presente y la apicultura es cada vez más intensa, la orientación del trabajo de conservación del oso debe de estar íntimamente ligado a la protección de la apicultura e impedir que el oso sea enemigo de nadie.
Al contrario, un territorio con osos es una gran marca de garantía para la miel que se produce en estas montañas por su alta calidad ecológica.