Hasta los paisajes destruidos por la industria extractiva del carbón a cielo abierto pueden ser hermosos. Esta es una imagen  de un amanecer en la zona más destruida, la plataforma de acopio del carbón para ser llevado  a las térmicas para producir electricidad.

 

Al lado hemos comenzado con la construcción de una pequeña caseta donde se guardarán las bombas de riego  que evitará que en pleno verano, todos los árboles que plantemos se sequen.

Claro,  lo hacemos nosotros, al estilo Fapas, con nuestras máquinas.

En un par de días, la caseta ya  está casi lista, una pequeña estructura que  también nos servirá de refugio durante  los meses  de invierno en los que hay que hacer la plantación. Estamos a más de mil metros de altura y el frío puede llegar a ser verdaderamente intenso.

Finalmente  nuestra caseta está  colocada en una de las  escombreras que dominan el paisaje minero.

PRÁCTICAS DE PLANTACIÓN

Casi todo el trabajo de plantación se va a realizar sobre un suelo totalmente estéril, tanto que después de casi treinta años desde que se paralizó la actividad minera, en estos suelos    no  han crecido ni las hierbas. Pero nosotros vamos a intentarlo.

El proceso   seguro que va a ser polémico. No es la primera vez que el FAPAS desarrolla técnicas de plantación que han llamado la atención y en ocasiones  la burla. Pero sabemos lo que hacemos, no nos gastamos  millones en maquinaria, plantamos con imaginación y conocimiento de la naturaleza.

Estos suelos de escombreras con taludes muy pendientes sufren   de manera intensa la erosión a causa del agua. Por tanto, debemos de evitar remover el suelo, así que utilizamos un martillo neumático para  facilitar hacer un pequeño hueco que a modo de tiesto será rellenado con tierra vegetal.

Y aunque parezca imposible,  queda plantado el árbol con  viabilidad de crecimiento. En este caso  un pino silvestre, una especie también de suma importancia en el hábitat del urogallo cantábrico, pese a que muchos expertos denostan  la utilización de coníferas para trabajar en la recuperación de esta especie   en máximo riesgo de extinción en la cordillera Cantábrica.

VALORES BIOLÓGICOS

Hemos comenzado un trabajo para determinar los valores biológicos de esta mina a cielo abierto. Sabemos que  en ocasiones es utilizada por el  urogallo, que el oso se pasea por ella y que el lobo deja sus huellas cuando la traviesa en sus correrías, lo que nos hace pensar que  la tan cacareada historia de que las especies  desaparecen por la destrucción de su hábitat, debería de ser  tomada con mayor precaución.

Que el urogallo  haya desaparecido de los mejores bosques caducifolios de las montañas cantábricas y que sobreviva en territorios donde se combinan plantaciones forestales con bosques  naturales y suelos degradados por minería, nos debería de hacer reflexionar sobre si se ha hecho todo lo posible por salvar a esta especie, o quedan muchas cosas por hacer que nunca se han hecho.

Pero dejemos a los grandes bichos para  conocer una especie singular de nuestra mina, la Utricularia  australis, una planta carnívora sumergida que    ha sido identificada en una de las balsas de la mina, también un auténtico paraíso  de anfibios, surgido espontáneamente al   amontonar escombros de un lado para otro.

Parecerá poca cosa, pero es una rara planta carnívora de la flora ibérica.

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