Fundamentalmente, los movimientos se producen por expansión, en el caso de las hembras, van colonizando nuevas áreas donde se asientan, ya que tienen tendencia a no desplazarse muy lejos de donde han nacido.
Los machos se mueven, cosas de la vida, siempre detrás de las hembras con un periodo de celo que es mucho más largo del que se pensaba, puede empezar en marzo/abril y llegar hasta pasado el verano. Los celos no parece tener la misma intensidad, ya que al principio y final lo comparten con la búsqueda de alimento y en ocasiones aunque son los machos los que andan detrás de las hembras, también se ven a las hembras siguiendo a los machos.
Por último tenemos a los inmaduros, jóvenes que aún no han entrado en celo y que parecen deambular de un lado para otro, pero no parece que sea sin rumbo, sino que son capaces de identificar los lugares por donde han pasado otros osos, incluso después de un año. Por eso por donde ha pasado un oso, terminarán pasando más.
Nuestra zona de trabajo es muy amplia y los osos que andan por estos territorios proceden de zonas diferentes.
Vemos que hay tres áreas de donde entran los osos a las comarcas de Omaña, Luna y la zona del Bierzo de Tremor.
La más importante es la que procede de la zona de Somiedo. Es la zona de la cordillera Cantábrica que más crías produce y el número de hembras es muy alto, quizás unas 16. Esa población se ha expandido hacia valles como el de Rio Lago de Babia con presencia de alguna hembra reproductora, hembras que pasan la vertiente atlántica y pasan hacia las laderas que van a Villabandín y Sosas del Cumbral, posiblemente no más de dos de momento.
La otra zona de donde llegan los osos procede de la comarca del Sil y son los que aparecen por Fasgar, Murias de Ponjos y las zonas de Tremor.
Y finalmente, hay un dato comprobado de un oso que entró en un colmenar en el año 21 en la zona de Vega de los Caballeros del que se pudieron recoger muestras genéticas (pelos) y que procedía de la población oriental, Riaño en León o Fuentes Carrionas en Palencia.
Aunque parezca raro, no deben de ser infrecuentes estos grandes desplazamientos. Son machos que ante la escasez de hembras en el área oriental, deciden realizar un gran recorrido y llegar a zonas donde las hembras son más abundantes. Los análisis genéticos muestran ya una cierta mezcla de genes en ambas poblaciones, la oriental y la occidental que es donde trabajamos
¿Cuántos osos andan por las zonas de nuestros colmenares?
La verdad es que es difícil saberlo, Las imágenes de las cámaras fotográficas nos muestran ejemplares que en apariencia parecen ser distintos pero que resultan ser los mismos. Temas de enfoque, luminosidad o si la foto es de día o de noche. La mejor información es la que nos dan los análisis genéticos, pero tampoco es fácil coger muestras, especialmente pelos que quedan enganchados en los alambres de espino.
El 2 de Abril localizamos a una de las crías que estaban con su madre el año pasado. Ya andaba sola y su madre quizás andaba al otro lado del monte para Rio Lago.
A partir del 11 de abril, fotografiamos varias veces un oso macho grande, posiblemente a la búsqueda de las bellotas que se han conservado entre la hojarasca de los robledales
Estos dos ejemplares se han estado moviendo desde las zonas de Villabandín a Sosas del Cumbral, marcando el gran macho con sus patadas en el suelo, lo que es una indicación de que ya andan en celo.
El 21 de abril localizamos al otro osezno que también se ha separado de su madre y de su hermano o hermana.
En mayo, fotografiamos a este joven posiblemente de unos 3/4 años, en la zona de Murias de Ponjos y que nos tiró una de las colmenas testigo que teníamos en la mina, sin tocar ninguna de las del colmenar bien protegido.
El último avistamiento
Es de estos días, desde primeros de Junio hasta el 16. Un oso/a que se está moviendo por las partes bajas desde Villanueva de Omaña hasta quizás El Castillo y que es posible que pase la carretera hacia la otra vertiente, Cirujales, hasta La Lomba y esas zonas. En todo caso puede hacer visitas a los colmenares de la zona.
Fijaros como pasa de una finca a otra por debajo de un alambre de espino. Es donde dejan los pelos enganchados que nosotros recogemos para mandar al laboratorio de genética y obtener información que permite identificar al ejemplar. Si es macho o hembra, incluso si es hijo de otro ejemplar en la zona.
De todas formas es muy interesante, ya que podemos llegar a conocer si es el mismo ejemplar que visita colmenares diferentes. Hay tendencia a creer que cada oso que se localiza es diferente y eso engaña pensando que hay muchos cuando la realidad se trata del mismo ejemplar que no para de caminar visitando cada día lugares nuevos.