RECORDATORIO
En la última publicación…
-El macho AFI fallecía el 29 de Junio, posiblemente por depredación, un día después de emanciparse.
-La hembra ADI daba sus primeros vuelos el 28 de junio, sin sufrir hasta la fecha ningún percance.
-El joven sin anillar seguía recuperando peso, aunque el fuerte retraso en su desarrollo, podría haberle causado daños irreparables. ¿Conseguiría nuestro particular “Abel” emprender el vuelo?
-Los progresos del joven sin anillar
Para Gilles Perrodin, el futuro de esta pescadora seguía siendo una incógnita. Su postura erguida, con las alas siempre colgando, y sin que fuese visto en ningún momento, haciendo prácticas de vuelo, hacía temer por su supervivencia.
Pero afortunadamente, partir del 14 de julio, la situación se vuelve más optimista. A diferencia de los últimos días, sus alas ya no parece que cuelgan, e incluso consigue hacer algún ejercicio de musculación, batiéndolas aunque sea de forma desordenada.
El 19 de junio logra elevarse por encima del nido a bastante altura; señal inequívoca de que físicamente está listo para volar, y que el despegue debe de ser inminente.
- Comienza una nueva aventura
El 24 de julio, después de unos 80 días, y en unas condiciones especialmente ventosas, “Abel” decide abandonar el nido. Debemos tener en cuenta que la mayoría de las crías emprenden su primer vuelo entre las 7-8 semanas de edad (49-56 días).
“Alrededor de las 15:15 horas, realiza un vuelo muy corto para ir a posarse en la mata de vegetación que hay a la derecha del nido. El joven permaneció allí en una posición inestable, debido principalmente a las ráfagas de viento, antes de despegar finalmente en torno a las 15:45 horas”.
“A continuación, se desplazó un poco sobre el nido, y finalmente se posó en la copa del gran pino seco situado a su izquierda, consiguiendo después de mucho esfuerzo, estabilizarse en sus finas ramas”.
“Como no podía ser de otra forma, tratándose de esta pescadora, al poco tiempo sufre el ataque de un intruso adulto (una hembra no anillada), que llego incluso a ponerle las patas encima, obligándole a levantar el vuelo sobre las 17.00 horas".
“Aún siendo perseguido por el intruso, nuestro joven consiguió regresar al nido, demostrando incluso gran habilidad, a la hora de evitar ataques en vuelo...”
Sobra decir que después de tan arriesgados comienzos, el sufrido Abel se tumbó en el nido a descansar, sin ganas de emprender más aventuras aeronáuticas por ese día.
¿Dónde estarían el macho 6.A y PANCHITA durante el ataque de la hembra intrusa?
Pasan los días sin novedad, y según comenta Gilles Perrodin, parece que el joven sin anillar intenta recuperar el tiempo perdido. Solo al día siguiente de la escaramuza, ya hacía vuelos largos, ganando incluso mucha altura. Las rectrices del joven pájaro no anillado están dañadas en las puntas, pero parecen estar lo suficientemente desarrolladas, como para que el vuelo no se vea perjudicado.
En la primera semana, la mayoría de las águilas pescadoras jóvenes no se aventuran lejos de la seguridad del nido. Pronto adquieren confianza y realizan numerosos vuelos cortos entre sus perchas favoritas, pero no suelen volar más de unos cientos de metros cada vez.
Ahora los dos jóvenes de PANCHITA se encuentran prácticamente en igualdad de condiciones. Y aunque la hembra ADI tiene más horas de vuelo, sigue sin saber pescar.
A medida que pasan los días, las jóvenes águilas pescadoras suelen alejarse más del nido en sus vuelos de prospección, pudiendo ausentarse a lo largo de varias horas. Mientras las crías sobrevuelan el paisaje, cartografían todo lo que hay bajo sus alas, aprendiendo a reconocer su hogar. Los estudios de seguimiento por satélite han demostrado que la mayoría de los vuelos exploratorios se realizan a pocos kilómetros del nido, aunque algunos jóvenes pueden llegar a alejarse hasta 15-20 km.
Una vez que los pollos han volado durante varias semanas, la hembra aprovecha para emprender la migración, dejando a su pareja al cuidado de las crías, que siguen reclamando comida prácticamente hasta el día de su marcha.
Los naturalistas franceses han observado como PANCHITA está siendo especialmente participativa en las labores de crianza, en esta fase de emancipación de los pollos (un rol nada frecuente en las hembras esta especie), y probablemente propiciado por las especiales circunstancias del joven sin anillar. No obstante, si su reloj biológico no falla, quedan pocos días para que nuestra querida PANCHITA emprenda de nuevo la migración rumbo a la ría del Eo.
