Las causas de las oleadas de incendios en Asturias apuntan hacia un objetivo: el voto

 

Cuando en Marzo de este año, el Parlamento Regional de Asturias a propuesta de varios partidos políticos eliminaba la prohibición de utilizar los montes  incendiados para el pastoreo de ganado doméstico,  intuíamos lo que podía suceder.

 

 

 

 

 

fiscalía

 

La presión del mundo ganadero que   a través de determinados sectores, sindicatos y plataformas tratan de ofrecer la imagen de que el mundo rural, por extensión la actividad ganadera  está ligada a la conservación de la naturaleza, ganó una batalla que ahora vemos que  pierde a su vez  también la naturaleza.

 

 

Lejos de pretender alcanzar un objetivo de mejora del propio mundo rural y su entorno, era evidente que la iniciativa tenía como objetivos  beneficiar a un sector a cambio de su voto. Un sector, el rural que  en realidad se está viendo atacado en su propio  medio físico de trabajo por la inconsciencia y mano criminal de unos pocos.

 

Porque estos últimos incendios que han asolado las montañas de Asturias,  no solo han quemado naturaleza. Han destruido terrenos plantados,  bosques particulares, fincas de labor, cierres,  casas y cabañas ganaderas.

 

Y la razón a quienes vaticinaron la quiebra ambiental de los montes tras   la propuesta de los grupos políticos asturianos, no la da la propia estadística e intensidad de los fuegos. La  da la justicia.

 

Ahora vemos tras las investigaciones que la  generación de pastos, está detrás de los fuegos. Ya pueden sindicatos decir que no es cierto que el monte se queme a causa de los pastos, de considerar los políticos que hayan sido  desafortunadas las  opiniones de altos mandos de la Guardia Civil.

 

La evidencia está ahí.  Favorecer  la  destrucción de la naturaleza por obtener un voto  es de una cortedad política   propia de quienes solo ven en la necesidad de alcanzar el poder un objetivo sea al precio que sea.