Una increíble historia de extinción y recuperación de uno de los mamíferos más impresionantes de la fauna europea, el bisonte. Un símbolo de libertad y de calidad ambiental de los territorios donde sobrevive.
España se sumó hace pocas décadas a la iniciativa europea de recuperar al bisonte y como siempre sucede en este país, la iniciativa tuvo su mayor oposición del mundo de la conservación de la naturaleza.
Gente procedente del mundo conservacionista español, un país invadido por decenas de especies de fauna silvestre venidas de otros continentes que generan un gran riesgo para la conservación de la biodiversidad, no han visto con buenos ojos que el bisonte europeo ponga sus pezuñas sobre esta tierra. Es un hecho real; los mayores enemigos de la conservación están dentro de la familia, pues si no participo o no consigo algún beneficio, no me gusta la iniciativa.
Así podríamos resumir a grandes rasgos lo que pasa en este país cuando surgen iniciativas de recuperar especies extinguidas o simplemente interesantes. España necesita favorecer en sus campos y montañas la presencia de eliminadores de vegetación para combatir por otros medios que no sean aviones o coches de bomberos a los grandes incendios que amenazan con arrasar lo mejor de nuestra naturaleza. En un futuro cercano, cada vez será más necesario.
BENIGNO VARILLAS
El periodista especializado en temas ambientales, Benigno Varillas, nos abre los ojos ante el enorme esfuerzo que supuso recuperar esta especia salvaje a la que la guerra exterminó totalmente de vivir en libertad en Europa. Hoy, en España las iniciativas de quienes se han volcado en sumarse a evitar su extinción han permitido que varias decenas de bisontes vuelvan a vivir en una cierta libertad. Son muchos los retos por superar, en especial la desidia, los celos y la intransigencia radical ecológica, que la hay y mucha.
FAPAS, sin dudarlo, apoya la recuperación del bisonte en España.
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