Una vez más, ante la indiferencia de las administraciones, tiene que ser la iniciativa de la sociedad civil quien ponga en marcha los mecanismos para presionar a quienes toman las decisiones, los políticos, para que una especie desaparecida vuelva a ocupar sus legítimos dominios en la naturaleza ibérica.
Este pasado fin de semana, participamos en Andalucía de la iniciativa creada por el proyecto Censo Lobo Ibérico del que FAPAS participa desde sus inicios.
La desaparición del lobo en Andalucía, aunque oficialmente parece que no se da por extinguido es uno más de los desencuentros de la sociedad política con esta especie. No es un capricho conservacionista la recuperación del lobo, es una necesidad ecológica para unos territorios de extraordinario valor ambiental donde el lobo debería de cumplir con sus finalidades como depredador.
Andalucía cuenta con ingentes cantidades de herbívoros salvajes sometidos a gestiones que carecen de criterios ambientales, epidemias que las diezman al no poseer regulaciones naturales. O pérdidas económicas millonarias en la ganadería doméstica por sufrir enfermedades sobre las que la ciencia reconoce la importante acción beneficiosa del lobo.
En la imagen, los ponentes de las diferentes conferencias dadas en estas jornadas
Por nuestra parte, el presidente de FAPAS, expuso en su conferencia la situación actual del lobo y el oso en la cornisa cantábrica con especial mención a la situación anómala por la que pasa el lobo en la comunidad asturiana que es objeto de un estudio científico cuyos resultados en los últimos años ha sido utilizado para eliminar ejemplares por parte de la administración regional con un profundo interés político.
Roberto Hartasánchez en el acto de participación de estas jornadas por la protección del lobo en Andalucía