El seguimiento y control de la fauna que utiliza las 60 Ha. de superficie de la mina de carbón que Fapas ha adquirido para su restauración ambiental, nos permite conocer mejor el comportamiento del oso respecto de la actividad apícola.
La mina no es precisamente un terreno de gran valor ambiental, lo será, pero de momento es un conjunto de escombreras en donde poco a poco van creciendo los árboles que hemos plantado, pero faltan años para que estos árboles produzcan frutos y puedan ser atractivos para el oso.
Durante estos años, la mina ha sido visitada por el oso en varias ocasiones para pasar de un lado a otro del valle y curiosamente siempre en el mes de Diciembre cuando suponemos que precisamente estarán invernado en su cueva.
Son machos solitarios, cuyos excrementos nos indican que se dedican a buscar los pocos frutos que aún quedan en el invierno. Los más abundantes, los escaramujos del rosal silvestre, un fruto que al norte de la cordillera, los osos del núcleo occidental no se entusiasman mucho en comerlos.
Instalamos un colmenar en la mina
Este año, hemos instalado un gran colmenar en una de las plataformas de la mina y nos ha sorprendido el incremento de presencia osera en el uso del territorio. No de muchos osos, ya que identificados solamente han sido dos, aunque posiblemente haya sido alguno más, pero se ha incrementado mucho la presencia del oso a lo largo del año desde el momento que hemos colocado las colmenas.
Sin duda ha sido un gran atractivo para a incrementar la presencia osera, pero de poco les ha servido ya que el colmenar está perfectamente cerrado y no pueden entrar en él.
Pero es muy interesante obtener esta información, pues es una evidencia de que el incremento de la población osera al sur de las montañas cantábricas va a estar muy vinculada a visitar los colmenares distribuidos por una gran extensión de territorio.
Además, esta insistencia en visitar los colmenares está generando entre los apicultores y los vecinos de los pueblos la sensación de que el territorio se está llenado de osos. ¿Es esto cierto?
En este año y a falta del mes de Diciembre que parece que es de actividad osera en estas montañas del sur de Omaña, se han podido identificar dos ejemplares diferentes. Cierto que las imágenes se captan normalmente por la noche, pero su análisis nos hace creer, hasta que tengamos mayor información genética de estos osos, que se trata de los mismos ejemplares que sin duda se dedican a desplazarse de una zona a otra visitando los colmenares a ver si en alguno de ellos puede entrar.
Es evidente que estos ejemplares se dican a visitar cada uno de los colmenares de la zona, normalmente muy extensa y en cuanto se instala un nuevo colmenar, acuden allí atraídos por el olor de las colmenas
Proteger adecuadamente los colmenares
Se convierte en una necesidad para poder garantizar la cohabitación entre este gran carnívoro y la actividad apícola.
Hoy hemos trabajado en el cierre de un colmenar muy posiblemente visitado por alguno de estos osos que también vienen a la mina de carbón del Fapas y que consiguió entrar destruyendo varias colmenas.
No es de extrañar. Los colmenares están ubicados en lugares de excepcional valor ecológico y belleza. Por fortuna no tocados por la actividad minera, pero en este entorno natural, hay años que no produce alimento como en otras áreas de montaña.
Este año, los robles apenas han producido bellotas y aquí no hay bosques de castaños como en Asturias, este es un otoño con escasa alimentación y por ello los daños de oso en los colmenares se prolonga más allá del verano, cosa que no ocurre al norte de la cordillera Cantábrica.
Así que el equipo de FAPAS se ha trasladado hasta estas montañas a caballo entre el Bierzo y la Omaña para proteger bien el colmenar. Pero no le quitamos la comida. Lamentablemente hay muchos colmenares sin proteger que podrá ir a visitar, lo que quiere decir que aún hay mucho trabajo por hacer para evitar los daños.
Es un proyecto del FAPAS de apoyo a la protección del oso y la apicultura de montaña