El tiempo, es decir, la falta de sol, nos ha obligado a retrasar un poco la parte final del proyecto de restauración ambiental de la mina de carbón a cielo abierto.
La instalación de placas solares tiene que abastecer de energía a las bombas de sondeo que lanzan el agua por el sistema de riego. Y con una primavera lluviosa y nublada, poco hemos podido hacer. Pero con el verano, ha llegado durante algunos días el ansiado sol, así que estos días hemos estado metidos de lleno en la mina.
No, no estamos pescando. Aquí nos veis instalando una de las bombas de sondeo en el pequeño pantano que por suerte tenemos en el interior de la explotación minera. La bomba tiene que chupar el agua y distribuirla por cientos de metros de manguera hasta llegar a cada punto de riego.
Este es uno de los taludes que como vemos tiene de todo menos tierra. Después de 30 años, apenas salen unas hierbas en un suelo de pura escombrera minera. Cada árbol que hemos plantado incorpora un gotero independiente de riego.
Varios miles de árboles que con apoyo del agua, esperemos crezcan y se desarrollen, aunque el suelo no posee ninguna cualidad para el enraizamiento de las plantas.
Entre las plantas que estamos utilizando, se encuentra en pino silvestre, una especie autóctona de la Cordillera Cantábrica, muy importante dentro del hábitat del urogallo y que sin embargo, por ser “un pino”, la especie se encuentra totalmente denostada dentro del mundo del ecologismo a causa de la mala imagen y la enorme destrucción de hábitats de gran valor biológico para llevar a cabo la plantación de millones de pinos de origen americano en toda España.
ES UN PROYECTO REALIZADO CON EL APOYO DE