La presencia osera en entornos humanizados obliga a poner en marcha iniciativas que a medio y largo plazo permitan amortiguar los problemas de los acercamientos de los osos a los pueblos.
En el FAPAS nos hemos decantado por iniciar trabajos de plantación de frutales con una alta garantía de supervivencia. Priorizamos la calidad sobre la cantidad.
Y es que en el tema de la conservación del oso o en el tema de generar acciones que impidan que los osos se acerquen a los núcleos habitados hemos aprendido durante todos estos años de trabajos de plantaciones que llenar el monte con decenas de miles de árboles frutales tiene a la larga un menor resultado que plantar unos pocos cientos.
La cuestión se centra, tal como estamos comprobando, que de las grandes plantaciones de árboles para favorecer el hábitat del oso pardo terminan prosperando únicamente unos miles, y en ocasiones solamente unos cientos de ellos.
Es decir, que si echáramos cuenta, hay algunas plantaciones donde el coste por unidad de árbol que ha sobrevivido y está creciendo alcanza unas cifras de escándalo, ya que puede oscilar entre los 500 y los 1.500 euros por unidad.
Entendemos desde el FAPAS que esta actividad de plantaciones debe de ser revisada y corregida la estrategia para alcanzar objetivos equilibrados entre coste de plantaciones y productividad efectiva que beneficia al oso pardo.
Árboles Frutales Gourmet para producir frutos para el oso y minimizar impactos ambientales.
Hace pocos meses, en una zona de alta montaña en plena zona osera, se construyó una pista para acceso del ganado a los pastos de altura. Lo que era un pequeño y tortuosos camino se convirtió en un ancho camino gran parte de él hormigonado. El uso de maquinaria pesada fue necesario para cortar taludes y abrir la caja de la pista.
Como resultado, una pequeña infraestructura que posee un impacto visual y también directo sobre la vegetación. Sin embargo, estas obras que se hacen y en las que no se realiza ninguna acción para contrarrestar el impacto negativo ambiental, sí pueden ser objetos de pequeñas actuaciones que ayudan a minimizar ese impacto. En nuestro caso, nos hemos puesto de acuerdo con los vecinos y propietarios de las fincas y hemos plantado nuestros frutales Gourmet.
Dentro de unos años, los bordes de la pista estarán llenos de fruta gracias a los 150 árboles frutales que hemos plantado, principalmente cerezos, manzanos, perales y ciruelos. Además, nos permite comprobar si estas obras tienen también impacto negativo sobre el oso, si a causa de la presencia de máquinas los osos se alejan de la zona o una vez finalizada, los animales vuelven a utilizar sus pasos habituales.
10 euros por árbol plantado
Estas acciones se enmarcan también en el proyecto de colaboración con vecinos y propietarios de los terrenos donde plantamos. Por cada árbol plantado en una finca, el propietario recibe un donativo de FAPAS de 10 euros, Conseguimos por tanto involucrar a los vecinos y propietarios de los terrenos en la conservación de los osos de una manera muy directa y positiva para ellos.
Como vemos en la foto, la plantación de cada árbol posee el nivel máximo de protección. Un árbol de casi dos metros de alto que va a crecer en un doble sistema de protección y con incorporación de abono durante los primeros años hasta que alcance un buen desarrollo.
Dentro de quince años, estos árboles que plantamos ahora, estarán como este cerezo que acaba de ser visitado por el oso en otra plantación del FAPAS.
Una osa se ha subido al árbol y ha cortado una gran cantidad de ramas llenas de cerezas que ha tirado al suelo donde sus crías de este año se han dado un buen banquete de fruta.
Esta actividad de plantación de Árboles Frutales Gourmet se ha realizado con la colaboración de la Fundación EDP.